Estados Unidos es el motor de la ciencia y la tecnología mundiales. Europa tiene también un rol importante, aunque ha disminuido en algunos sectores. Recientemente China ha subido brutalmente en los rankings y, en algunas áreas, incluso ha superado a los Estados Unidos en número de patentes y de publicaciones científicas. El mundo sigue cambiando vertiginosamente y, si bien la hegemonía norteamericana en ciencia y tecnología no desaparecerá, la generación de conocimiento parece más distribuida que antes. Visitamos en Arabia Saudí un ejemplo inesperado de potencia científica en medio del desierto. A golpe de talonario, el gobierno ha fundado una universidad de ciencia y tecnología que, mediante sueldos relucientes e instrumental científico de dar envidia, ha captado a investigadores de renombre de distintas partes del mundo. Conscientes de que el petróleo comienza a ver su fin, los saudíes apuestan por un futuro en el que su riqueza no dependa de los hidrocarburos sino de la ciencia y l