Julia al fin arranca el ansiado proceso de selección de personal de su taller. Pero pronto pasa de ser, de la ilusión de todo el pueblo, a una enorme fuente de conflictos. Entre tanto Sergio, que sigue afanado en reparar las máquinas, se convertirá en su gran apoyo. En Río Muni, Carmen empieza a materializar su idea de vender los muebles de Kiros, consiguiendo además que el trato hostil con el que le ha estado castigando desde la muerte de Dayo, empiece por fin a suavizarse.