Miquel Silvestre se encuentra en la ciudad rusa de Barnaul, en Siberia occidental, así que aprovecha que hay supermercados bien surtidos para hacer la compra y prepararse una opípara cena. Al despertar descubre nuevos desperfectos en La Gorda que debe reparar con pocos medios y salir de viaje pues aun le quedan muchos miles de kilómetros para llegar a Mongolia.