Miquel Silvestre llega a una ciudad mediana de Mongolia y allí podrá profundizar en una peculiaridad de este remoto país: su religiosidad basada en el budismo tibetano, en los templos y en sus monjes, que ejercían el poder político antes del comunismo del siglo XX. El camino le traerá una sorpresa más, un nuevo amigo, Oleg, motorista ruso con el que decide viajar algunas jornadas.