Miquel Silvestre ha conocido a Oleg, un motorista ruso con el que decide viajar algunas jornadas. Juntos se internan en la verde estepa sin asfaltar mientras el tiempo amenaza lluvia. Los dos amigos recorren un escenario desierto y desolado, cuyos únicos habitantes parecen ser los caballos salvajes. Como el tiempo no mejora, se hace tarde y no hay hoteles, se ven obligados a acampar en medio de la nada para disfrutar de una intensa sensación de aventura,