La tecnología accesible es vital para las personas con discapacidad. Tanto para los usuarios que la reciben como para las personas que tienen una idea y la desarrollan para que otros tengan una vida mejor. Una de esas vidas es la de Héctor, un adolescente de 15 años que nació sin parte de la mano izquierda. Gracias a las prótesis que diseñan los miembros del proyecto de investigación colectiva Autofabricantes, muchos niños y jóvenes pueden colaborar en el diseño de las prótesis que realmente necesitan. La historia de Rafa es la del impulsor de tecnología para que llegue directamente a la gente. Dejó su plaza en la empresa pública como ingeniero aeronáutico para desarrollar una app de guiado sensorial por sonido 3D para personas con discapacidad visual. Su pasión por los espacios abiertos y la tecnología GPS hace que vidas de jóvenes como Adriana, de 19 años, hayan cambiado por completo, ganando en independencia y seguridad.