Los Alcántara viven pendientes de las noticias. Todos son conscientes de que el final de Franco está cerca y parece que están más inquietos de lo habitual; sobre todo Antonio que no se quita de la cabeza los testamentos. A don Pablo, en cambio, no le preocupa tanto el negocio de los testamentos ya que él en estos momentos está más centrado en sus asuntos sentimentales.Mercedes desconoce las preocupaciones de Antonio con la imprenta, porque a ella lo único que le preocupa ahora es que Víctor se vaya de casa cuanto antes, ya que su estancia le empieza a incomodar.