La familia Alcántara todavía no se ha recuperado de la noticia de la relación de Inés y Eugenio, y mucho menos, del anuncio de su boda. Entre la incredulidad y el enfado, Antonio se niega a hablar con su hija y tampoco quiere saber nada de Eugenio, al que considera un traidor. Antonio intenta olvidarse del tema proyectando todos sus sueños en comprarse un coche mejor gracias al dinero que consiguieron en la quiniela de la semana pasada. Mercedes no soporta la idea de estar distanciada de su hija, por eso, aunque está en contra de la decisión que ha tomado Inés, no duda en interceder por ella ante Antonio. Las preocupaciones de Mercedes también tienen que ver con Meyni. Desde la marcha de Nieves, la situación económica de la boutique no es la más brillante pero parece que las buenas noticias llegan desde la dirección del Instituto de la Sección Femenina. Toni es el único que apoya la