En el hogar de los Alcántara reina la anarquía. Con Herminia y Mercedes en Sagrillas, los demás miembros de la familia ya ni siquiera comen en casa, y es que cada uno tiene la mente en otro sitio. Antonio, que ahora puede campar a sus anchas, cada vez pasa más tiempo con Elisa. El fin de semana está a la vuelta de la esquina y se tiene que inventar una excusa para no ir al pueblo, en contra de lo que había prometido a Merche... Por si fuera poco, en Exposov anda todo manga por hombro y es que Don Pablo parece haber enloquecido y no piensa más que en asuntos de faldas. En Sagrillas, Herminia cada vez tiene más ganas de volver a Madrid, y es que la abuela de los Alcántara sabe que algo pasa. Además, para su desesperación, los rumores acerca de ella y de Mercedes se disparan, y no está dispuesta a que se ponga en entredicho la reputación de su familia. Tony, empeñado en hacer justicia por la