Antonio viaja a Sagrillas, acompañado de Mercedes, para cerrar algunos asuntos de la bodega. Está muy ilusionado con abrirla de nuevo, aunque le duele que sus hijos se mantengan al margen de su sueño.
El viaje al pueblo le hace revivir a Antonio algunos episodios del pasado, como cuando tuvo que irse solo a Madrid para trabajar y dar una vida mejor a su familia. Fueron unos años difíciles para Antonio. La vida en la capital no era fácil y echaba mucho de menos a su familia. En la capital tuvo que tragar muchas cosas e incluso hacer algunas de las que hoy no se siente nada orgulloso.