La tranquilidad de la noche de San Genaro se ve alterada de repente. Un suceso deja a los vecinos conmocionados; sobre todo a Antonio y a Mercedes cuando descubren que la policía se lleva a Oriol detenido. El padre Nivio ha recibido una brutal paliza y la policía acusa a su nieto de ser el culpable. Oriol lo niega pero se lo llevan a comisaría para tomarle declaración. Toda la familia Alcántara se une para intentar probar que Oriol dice la verdad y que no tiene nada que ver con el incidente. Aunque algunos miembros de su propia familia no pueden evitar dudar de él.