Navidades de 1981. Este año los Alcántara no están para celebraciones porque Carlos sigue en la cárcel. Allí tiene que aprender a convivir con el resto de presos, que no es nada fácil. Sin quererlo se ve involucrado en un plan que le trae problemas.  Antonio intenta por todos los medios que su hijo esté fuera para la cena de Nochebuena, para ello recurre a todos sus contactos y hasta solicita una cita con el juez que lleva el caso. Por su parte, Toni se pone en contacto con un prestigioso abogado en temas de narcotráfico para que les asesore sobre el caso de su hermano.