Noviembre de 1979. Han pasado cuatro años desde la muerte de Franco y todavía son muchos los que acuden a la plaza de Oriente para ensalzar la figura del dictador. La cantidad de banderas que ve Antonio en las imágenes que se emiten en la tele le confirman su idea de que ahí hay negocio seguro. Herminia está rara estos días y Mercedes no sabe que le pasa, en realidad el problema es que han llegado unas notas anónimas a casa que dejan en muy mal lugar a su hija. Una comida de trabajo confirma a Mercedes sus sospechas sobre que sus compañeros y su jefe no son de fiar. Inés decide hacer caso a su familia y dar una oportunidad al médico que conoció. A pesar de que el chico es interesante y muy divertido, la hija mayor de los Alcántara se muestra muy fría y prefiere no dejarse llevar.