El reportaje muestra la transformación del puerto de Barcelona, el primer puerto de cruceros del Mediterráneo, que desde hace unos años, ha doblado su superficie. Unas obras necesarias para seguir siendo competitivo y no quedarse al margen de las nuevas necesidades del negocio de la carga marítima, aunque para algunos sólo se ha pensado en el turismo de lujo.Los marineros de los buques de carga llegan a un puerto cada vez más extenso y en el que las escalas son también más cortas. Las obras de ampliación han mejorado la productividad y la eficacia con la que se cargan y descargan los buques. Pero la remodelación de este puerto afecta también a los muelles pegados al centro de la ciudad. Allí se están construyendo varias marinas de lujo capaces de albergar los yates más grandes del mundo. De este modo, el antiguo muelle de pescadores perderá espacio para cedérselo a las nuevas marinas.El de Barcelona es también el primer puerto de cruceros del Mediterráneo y el cuarto del mundo. En los