Un equipo de Crónicas ha viajado a Torremolinos para rescatar su aportación, en plena dictadura, al cambio social y cultural que necesitaba España . Ha pasado mucho tiempo desde los años cincuenta del siglo pasado y, ahora, equiparamos su importancia a la de otros enclaves turísticos como Benidorm o Sitges. Pero Torremolinos significó mucho más.El boom turístico empezó en Torremolinos.Los turistas trajeron nuevas ideas, una moral más relajada y un sentido de la libertad que el franquismo tuvo que aceptar a cambio de sus dólares.Paul Stephens, un americano pionero, habla con verdadera nostalgia de aquel pueblo marinero, casi idílico, que le ofrecía "sun, sea y sex". Las tres "eses" que buscaban las clases medias europea y americana para olvidar la angustia de la II Guerra Mundial y del conflicto de Corea. Tenían dinero en el bolsillo y muchas ganas de divertirse.España, un país pobre que vivía bajo una dictadura, supo explotar su recurso más barato e inagot