Medio millón de gallegos emigraron a América entre finales del siglo XIX y el comienzo de la Guerra Civil Española. Fue un éxodo masivo propiciado por la necesidad y el hambre. Entre ellos, sólo los más desesperados, o los aventureros, se atrevieron a entrar en la selva amazónica para hacer fortuna en el negocio más lucrativo y peligroso del momento: la extracción del caucho. Así empieza la peripecia vital de un campesino gallego nacido en 1.878 en la pequeña aldea de Amiudal, en Orense: Alfonso Graña.