Sus profesiones despiertan curiosidad, asombro o envidia, pero no dejan a nadie indiferente. Ganarse la vida bebiendo cerveza por obligación, volando por el mundo por pasión o "aparcando" transatlánticos no es habitual. Otros visitan los hogares más lujosos ofreciendo sus exclusivos servicios, o bailando desnudos ante un selecto público. Todos tienen 'Un trabajo singular'.