Heidelberg, en Alemania, o Montemor-o-Velho, en Portugal, son dos castillos con unos antecedentes fantásticos a la altura de sus leyendas. Cuentos de brujas, enanos, tesoros y maldiciones campan a sus anchas dentro y fuera de sus murallas. En ocasiones crueles, a veces esperanzadores, estos castillos han servido de escenario para historias que en el fondo hablan de la naturaleza humana. Heidelberg es un nido de leyendas, a cuál más curiosa, y un emblema histórico en una ciudad muy popular y llena en la actualidad de jóvenes universitarios que todavía no han podido dar explicación a alguna de esas historias. Montemor-O-Velho reúne lo más concreto de las leyendas históricas: la elección entre el bien y el mal, en uno de los más espectaculares recintos fortificados de Portugal.