El camino se inicia en Porto, que en palabras de José Saramago, más que una ciudad es "un estilo de color, un acierto, un acuerdo entre el granito y los colores de la tierra". De Porto sale el Camino de la Costa, que, con un trazado casi vertical atraviesan el norte de Portugal para alcanzar la orilla del Miño y dar el salto a tierras gallegas. Uno de ellos, por la línea de costa, que nosotros seguiremos, es la última de las variantes en ser reconocida como oficial, y la que más ha crecido porcentualmente en número de peregrinos desde 2018. Pasa por Matosinhos, Vila do Conde, Póvoa de Varzím y Viana do Castelo, que junto al río Lima, es protagonista de los grandes descubrimientos portugueses. En Caminha, en la desembocadura del Miño, se mezclan lo medieval y lo turístico, mientras Valença do Minho, es el adiós al tramo portugués del Camino. Pontevedra, para hacer honor al dicho "da de beber a quen pasa" Y Padrón, la xacobea Iria Flavia, abre el Camino a las tierras de A Coruña