En esta nueva entrega de Cachitos de Hierro y Cromo, te invitamos a viajar en el tiempo hasta ese momento en que la raza humana comenzó a peregrinar, cada noche de sábado, al lugar que se consolidó como la gran meca del ocio: la discoteca. Queremos que este episodio se convierta en una sesión con la que no pares de bailar. Porque en este capítulo vas a ver a mucha gente meneando el bullarengue de mil formas distintas. No hay reglas. Así que te recomendamos que te encomiendes al Santo Tony Manero y te dejes llevar por el ritmo.