Tras terminar de barrer el confeti de Nochevieja, el equipo de 'Cachitos de hierro y cromo' encara la décima temporada. Este año dedica su primer programa a la moda. Un asunto que, lejos de ser una cuestión de apariencia, es el terreno de juego simbólico en el que se ha librado grandes batallas por la libertad, la identidad sexual, la igualdad o la provocación política.
La revolución estética de Tino Casal, las rastas sagradas de Bob Marley, el maquillaje de Kiss, los cascos de Daft Punk, la peineta de Martirio, los vestidos de Michael Jackson y mucho más. La música es también ficción y los músicos, personajes que deben construirse visualmente. A veces con lentejuelas, a veces con crestas de colores. Un programa para reivindicar, sin dramas, la música como un arte dramático.