La aparición de Basilio sigue llenando de incógnitas a Trino y Felisa: el anciano ha estado en un pueblo cercano al suyo, pero no saben para qué. Basilio persigue a una joven y luego le muestra a Pelayo la foto de ella tomada hace muchos años. Pelayo se queda pasmado, parece la misma muchacha cuya visión le hizo llorar hace un par de días. Irene y Ubaldo asisten a la fiesta del Ministerio de Asuntos Exteriores y Ubaldo sufre una decepción al comprobar que sus antiguos camaradas se han vendido al imperio yanqui. Marcelino se presta a reparar una avería en casa de Benita sin informar a su mujer. Al enterarse, Manolita le monta la de San Quintín. Consuelo está ilusionada con la supuesta prueba de coristas. Resulta ser decepcionante porque el empresario lo único que hace es pedirle que les muestren las piernas. En realidad está buscando material joven para satisfacer sus vicios más inconfesables. Y descubrimos que Adelina lleva tiempo ayudándole a conseguirlo.