Andrés se resiste a aceptar la enfermedad de Almudena. Eulalia sin embargo se siente culpable y se aferra a sus rezos. Andrés se vuelca en su otra hija, Gloria, quien poco a poco va indagando el pasado de sus padres. Por una indiscreción de Marina, la criada de los Hernández Salvatierra, se entera el barrio de la enfermedad de Almudena. Todos tratan de manifestarle su solidaridad a Andrés, pero su reacción sigue siendo de negación a lo que los médicos le confirmarán. Jaime busca refugio en sus amigos de la tienda de discos y se encuentra con Irene, quien es comprensiva con él y le anima a superar el trance por el bien de su hermana, a la que piensa ayudar también. Asunción percibe que algo ha pasado entre Miguel y Jaime y trata de averiguarlo; finalmente, al enterarse de la enfermedad de Almudena, supone que a eso se debe la tirantez de Jaime. Miguel confiesa a su padre lo que hizo para salvar su puesto de trabajo. Trino es comprensivo con su hijo.