Ubaldo e Irene tienen solo unas horas para conseguir el dinero para pagar la multa impuesta tras el registro de Casares. Ubaldo intenta sin éxito que Adelina les haga un préstamo. Irene vende su pulsera, el único objeto de valor que les queda, y pide un anticipo a Andrés sin decírselo a Ubaldo, pero éste lo descubre y muy dolido se lo recrimina y no acepta el dinero. Irene, decidida a salvar a Ubaldo, y agotadas todas las demás vías, le ofrece a Casares un pacto. Manolita, aunque desea mostrarse animada, está muy preocupada por el asunto de su embarazo y no puede olvidar lo que Felisa le dijo del parto de su madre. Quiere conseguir más datos sobre lo sucedido e intenta hablar con la comadrona que atendió a su madre pero no lo logra. Trino ha ido al pueblo con Miguel pero nadie sabe cuál es el verdadero motivo del viaje. Felisa teme que esté relacionado con algún hecho que pasó durante la guerra. Trino regresa con una caja que guarda sin abrir y Felisa se teme lo peor.