Ana siente que su matrimonio se ha roto definitivamente y se desahoga en una noche de insomnio con Cristina: entre Alfonso y ella no hay nada y va a separarse de él. Abel, cada vez más convencido de que su madre disparó contra su padre, empieza a comprender la locura y amargura de los últimos años de su vida. Ángel sigue volcado en el cuidado de la mendiga del dispensario. Tras el último ataque de cólera de la mujer, Mauricio cree necesario llevarla a una institución que cuide de ella pero Ángel se lo impide y le ruega algo más de tiempo antes de tomar ninguna decisión. Ana informa a Teresa de que ha acompañado a Alfonso a una clínica de reposo donde estará una larga temporada. Teresa pregunta a Ana si no está tratando de librarse de su hermano. Ana y Teresa tienen un violento enfrentamiento en el que llegan a las manos.