Hay inquietud entre los empleados del Morocco ante el difícil momento que atraviesa Julieta, dominada por los remordimientos provocados por la muerte de Juanito el Chico. Julieta ha encontrado un vidente que dice estar a dispuesto a ayudarla. Celia advierte a Pablo y Rosario del peligro que conllevan determinadas prácticas. A Juan Grande, a quien también le asaltan los remordimientos por no haber visto que su amigo le necesitaba, recuerda los inicios de ambos en el taller y cómo ya entonces Juanito el Chico parecía perseguido por la mala suerte. Muy deprimido, Juan pide a Sole que no le deje nunca, toda persona necesita un apoyo firme para los malos momentos. Beltrán visita a Héctor en su despacho de detective privado y comprueba que el estado del expolicía no es nada boyante.