La teoría de Ovidio sobre el asesino único es aceptada y él se encargará de la investigación. Un nuevo dato: la última víctima llevaba puestas unas esposas de policía. Y cuando Héctor va a detener a un ratero se da cuenta de que no lleva las suyas. Teresa se entera por su hermano que Héctor ha vuelto y no entiende por qué no le ha dicho nada. Encarna visita a Ridouan Beqqali, un perfumista marroquí, y al comprobar que el suyo es el local que necesitan para completar una sucursal de los Grandes Almacenes, tantea si ha pensado en vender el negocio. Aunque Beqqali no quiere vender, Encarna está segura de que lo convencerán. Enriqueta parece que se encuentra tan bien que incluso su familia empieza a pensar que los médicos puedan haberse equivocado.