Ramón, con la mediación de Encarna, consigue un precario perdón de su hija, así como restablecer con Marta la situación acordada cuando se concertó el matrimonio. Encarna por su parte intenta acercarse a su nieta, y esta también consigue un pacto con la abuela, dejará su vida actual cuando regrese el cariño a la familia, algo que todos saben imposible. El interés de Ovidio por Celia va aumentando, más allá de lo estrictamente profesional. El policía interviene cuando una reaparecida Loli le monta un número a Celia durante su actuación. Alfonso recibe el encargo de darle una lección a un vidente que anda por los Almacenes promocionando unas telas importadas. Sin embargo Héctor, que ha recibido la orden de protegerlo mientras esté en el distrito de la comisaría, evita que Alfonso cometa una nueva locura ante él y le tenga que detener. Ya que de momento no se puede proceder a su entierro, todos los amigos de Juanito el Chico le preparan una sesión de homenaje.