Los Rivas acuerdan organizar una merienda con un posible pretendiente para para Ana. Pero Ana se enfada mucho con su padre al descubrir la encerrona. Héctor aborda a Teresa para, en principio, seguir con las investigaciones policiales, de acuerdo con la línea trazada por Ovicdio. Pero la conversación termina derivando hacia lo personal, dejando claro que ambos se gustan, y Ana lo advierte. A Jacinto se le comen los celos porque Celia empieza a recibir unas clases de canto en el domicilio de un profesor particular. Julieta se emociona con una carta de Juanito Chico y estalla con Ramón cuando éste insinúa que aquél no es más que un pobre ignorante. Ramón se da cuenta de su metedura de pata y quiere recompensar a Julieta.