Ana encuentra a su padre reunido con un notario en el despacho de las Almacenes. Allí recibe una gran sorpresa: Ramón Rivas ha firmado los documentos necesarios para ceder todos sus bienes a su hija. Está preparando su viaje con Marta, un viaje que no hará hasta que Ana le perdone por todos su errores. Ana, a instancias de Marta, hace un intento de aproximación a su padre y le concede finalmente lo solicitado. Sole ha ido a recoger los análisis de Juan y el resultado es muy preocupante: no existe cura para su enfermedad, al menos en España. Cuando por fin se lo dice a su marido, este tiene una crisis nerviosa y acaba perdiendo el sentido. Rosario está dispuesta a denunciar la desaparición de Celia cuando ésta y Jacinto hacen su aparición el Morocco. Se encontraron antes de embarcar y decidieron empezar de nuevo, y ahora vienen de disfrutar de una bonita e improvisada segunda luna de miel.