Al interrogar a Marta y a Alfonso, Héctort llega a la conclusión de que todos se cubren entre sí. Finalmente, Ramón confesará la verdad y Héctor tomará una decisión, convencido de que se ha impartido verdadera justicia. Al mirar el salón vacío, Ramón se desmorona. Será Marta quien la que anime, recordándole que debe pensar en el futuro de la familia Rivas. Los empleados realizan una colecta para encargar coronas funerarias y transmiten sus condolencias a la familia. Pablo y Rosario siguen sin tener noticias de Celia y su preocupación aumenta cuando se enteran de que el transportista ha abandonado a su familia. Juanito Grande, pesimista, confiesa que vendió su moto porque está seguro de que su estado de salud es grave. Pero su tristeza se convierte en alegría cuando vuelve a casa con los análisis. ¡Está sano! Lo que él no sabe es que ha habido un error de identificación en esos análisis.