Héctor no hace mucho caso a Beltrán cuando le informa de un posible caso de intoxicación por alcohol adulterado, porque está concentrado en la redacción de un informe acerca de sus recientes investigaciones en Guadalajara y la entrevista que mantuvo con un médico retirado que asistía a las mujeres embarazadas en el convento de religiosas. Elena demuestra que puede dominar a Marta, hasta el punto de que logra que todos los Rivas, con Marta presente gracias a una silla de ruedas, coman juntos en casa. Crecen las sospechas de Sole en relación a la posible amante, la viuda molinera, que su marido tiene en el pueblo. Alfonso ve bien que su madre haya echado a Pascual de casa, pero Teresa no opina lo mismo. La comidilla del barrio es la pelea entre Pascual y Simón. Pelayo y Marcelino son designados intermediarios para intentar arreglar sus diferencias.