Los Rivas descubren que Ana se ha marchado de casa. Encarna y Ramón montan en cólera. Ramón culpabiliza a Marta y la trata violentamente. Luego buscan a Ana entre sus amistades, llegando incluso a ir Encarna a casa de los García y Ramón al despacho de Héctor, con el que tiene un duro enfrentamiento. Pero no descubren nada salvo que Ana se ha llevado sus joyas. Cuando Mario está convencido de que le van a dar el mismo destino que a Andrea, le sueltan, pero le obligan antes de marcharse a jurar que se mantendrá en silencio y no hará averiguaciones sobre Andrea. A cambio, le otorgan un pasaporte para poder salir del país. Julieta lleva toda la mañana esperando a Lázaro, quien parece haberse esfumado. Cuando Julieta desfallece pensando que otra vez se le ha escapado la reencarnación de Juanito el Chico, Celia confiesa que se lo han llevado detenido.