Pelayo obliga a Sole a hacerse pasar por su hija y se convierte en protagonista principal de una mascarada perpetrada en confabulación con los empleados del Morocco para demostrar a Julieta que su amigo Salomón es un estafador. Para ello, ambos participarán en una falsa sesión de espiritismo en la que la cámara fotográfica de Sole jugará un papel esencial. Ramón echa una bronca desmedida a Marifé por cuestiones laborales y Teresa sale en defensa de la compañera, plantando cara al jefe y demostrando que tiene aptitudes para ser sindicalista. Andrea, desesperada por su situación de desamparo, contacta con Adelaida, quien sólo puede darle una contraseña: ¿la clave está en el paraíso¿. Andrea se niega a arrojar la toalla y sorprende a Marcelino contándole cuáles son sus planes.