Julieta, tras la visión aterradora de la sombra de un ahorcado en su casa, cree llegado el momento de apaciguar a los muertos que la mortifican y se pone decididamente en manos de Salomón. Este, en un encuentro estremecedor con el espíritu de Juanito Chico, se convierte en vehículo para que Julieta se comunique con su antiguo amante más allá de la muerte. Mario es invitado al encuentro con la empresaria francesa. Al llegar al domicilio de los Rivas descubre impactado que la mujer es una vieja conocida suya, que vuelve a desembarcar en Madrid, esta vez con una personalidad falsa. Mario y Andrea, conmocionados por el inesperado reencuentro, tratan de mantener el tipo ante los Rivas y ocultan ante todos que ya se conocían. Cuando logran hablar en privado, Andrea confiesa ante Mario que ha venido bajo una identidad falsa para sacar a un hombre de España. Julieta trata de reponerse de la impresión del encuentro sobrenatural con Juanito Chico.