Celia, empeñada en que Jacinto no deje atrás su carrera en el Morocco, descubre que don Pablo está igual de confuso que él y decide tomar cartas en el asunto. Héctor y Manzanares se hacen cada vez más amigos. y el viejo policía comienza a pensar en el joven para sustituirle. El Chico, cada vez más perdido en sus propias fantasías de autorrealización, descubre una falla en el montaje de la estructura de una de las plantas de los almacenes. Tras mucho cavilar, y casi contra su voluntad, Marcelino acaba concediendo el permiso marital para que Manolita empiece a trabajar en los grandes almacenes. Simón empuja a Pascual a montar un pequeño negocio como traperos. Pelayo les ayuda: lo importante es no venirse abajo. Alfonso prepara su viaje a Madrid, a expensas de su madre, para reencontrarse con su padre. No sospecha que tanto ella como su hermana le van a seguir.