Álvaro y Alicia no pueden dormir y pasan la noche hablando. Ante su inminente marcha, Alicia reconoce que añorará muchas cosas de Madrid y tiene la esperanza de que la ciudad llegue a salir de sus sombras y vuelva a ser tan luminosa como París. Hipólito cree que es Alicia y no Matilde quien está siendo cariñosa con él. Regina la expulsa de la habitación y le exige que no vuelva a tocar a su padre, como un apestado, pero esta vez no solo por la enfermedad venérea. Hipólito sigue negando su realidad. Tiene un solo objetivo, conseguir que Alicia vuelva a casa y se anule su matrimonio. Va a casa de Álvaro para recuperar a Alicia, pero Álvaro se enfrenta a él y lo echa. Camilo, a quien Manzanares metió en la cárcel para protegerlo, sale en libertad. Y se entera con gran sorpresa que Alicia y Álvaro se han casado.