Ante la noticia de que hay un problema laboral en una fábrica Regina no deja que Alicia vaya a clase. En su lugar, preocupada por la salud espiritual de su sobrina, la obliga a visitar a don Senén pero no consigue que confiese. Tampoco tiene éxito Julieta: su matrimonio no puede ser anulado. Ella y Adriano se declaran la guerra abierta y sin cuartel. Juanito el Grande, preocupado por el trabajo, consigue que Roberto le encargue ir preparando los decorados y el atrezzo de la próxima película, una película que Roberto sabe muy bien que no se rodará. Manolita, tras mucho insistir Margarita, la deja ir al cine con Maribel. Ambas se retrasan y Manolita se teme lo peor, aunque sus miedos acaban demostrándose infundados.