Manolita, agobiada por la desaparición de la criada, empieza a preocuparse también por la falta de comunicación con las niñas, que siguen en el pueblo. Marcelino tacha a Manolita de obsesiva y desmonta su teoría sobre el Asesino de las Alcantarillas. Alicia acompaña a almorzar a Delmás. Fernando se presenta y trata de dejar mal al francés. Luisa acude de nuevo a la puerta de la cárcel y se reencuentra con don Elías que le habla de un cura joven que trabaja de obrero en las minas y ayuda a los presos. Luisa, emocionada, se da cuenta que se trata de Angel. Valentina y Plácida tienen un sonoro encontronazo con don Adriano, el nuevo inquilino de la frutería. Su mujer, Julieta, se gana con su simpatía y belleza a los del Asturiano. El negocio que van a montar es una joyería, una novedad en el barrio. Juanito el Grande se vuelca en ayudar a Juanito el Chico a superar el rechazo de Luisa. Paloma intenta indagar quien puede quererla mal para estar acosándola. Su peor pesadilla se cumple cuando