Tras acompañar a Marcelino a un encargo, Margarita queda prendada por el estilo del Morocco y el traje de la cigarrera. Doña Paquita confiesa a Roberto que toda su familia era republicana. Invitada a tomar café en casa de los Roldán, doña Paquita, contra todo pronóstico, resulta ser una mujer campechana enemiga de la ¿gente estirada¿. Camilo, agobiado por las dudas y cada vez más hundido, acaba pagando los servicios de una prostituta, pero la experiencia resulta frustrante. Enriqueta escucha una leyenda sobre el fantasma de un estudiante que ronda la facultad y se atemoriza, pero Pelayo no le hace ningún caso. Piluca, tras la escena con Pelayo y la bronca con los del bar, se muestra muy desagradable con Alicia.