Ildefonso decide repudiar a Amador tras la terrible acusación de Paloma. Aunque cree a su esposa, nota que algo no encaja en su relato de lo ocurrido. Paloma teme haber llegado demasiado lejos en su venganza. Comienza a preocuparse también por su salud. Ernesto tiene una pesadilla, en la que ve a Marcos muerto y a Elisa abandonándole. Incapaz de soportar la culpa, y el hecho de no haber cumplido su promesa de dejar a Elisa si Marcos se salvaba, Ernesto confiesa a Ángel su traición contra su amigo. El sacerdote le emplaza a reparar el daño causado. El director de la cárcel a quien Ernesto había sobornado, es trasladado a otra prisión. Mientras tanto, Loli convence a Raimundo de que Ernesto trama algo contra él. Ángel se queda sin local para su escuela.