Carlota, aleccionada por don Senén, concibe la idea de abrazar la religión e ingresar en un convento. Ángel intenta en vano disuadirla. Ernesto chantajea a un alto cargo del Régimen para que trasladen al hospital a Marcos, inconsciente y al borde de la muerte. Hace de cebo Loli, la amante de Raimundo, una barriobajera alcohólica con ínfulas de artista. Paloma, en connivencia con Clarisa, prepara una cena para propiciar la reconciliación de Amador e Ildefonso, sin que ninguno de ellos sepa que se van a encontrar. Amador se hace de rogar pero finalmente, tentado por el morbo que le produce estar junto a Paloma, acepta asistir. Carlos Lentini confiesa a Florita que su enfermedad no tiene cura: escapó del sanatorio para morir junto a ella. Marcos finalmente es ingresado finalmente en el hospital.