Elisa intenta recabar ayudas para liberar a Marcos, pero lo único que consigue es que Pablo la abronque por meterse donde no la llaman: puede ser muy peligroso mostrarse como la amiga de un delincuente. Manolita tendrá que albergar una reunión de su grupo de madres de alumnas en su casa, y toda su obsesión es hacer que su casa parezca la de alguien pudiente. Enriqueta se ofrece, además de preparar la merienda, a hacerse pasar por su asistenta. Ángel decide, a espaldas de don Senén, acoger a un niño pobre en la parroquia, y darle comida y abrigo. Los vecinos, conmovidos, lo elogian ante don Senén, que interpreta el gesto como otra desobediencia de Ángel. Marcos es torturado y amenazado de muerte en comisaría. Delirando en la soledad de su celda, imagina que Elisa acude a cuidarle... Pero no es un sueño del todo agradable: en él, Elisa ya es novia de Ernesto.