Han pasado unos meses: nos encontramos en las Navidades de 1947. Durante este tiempo, la situación de Elisa y Carlota ha empeorado. Ernesto tiene a las dos hermana prisioneras en casa, bajo la amenaza de incriminar a su padre si intentan escapar. Persiste en su idea de recuperar el amor de Elisa, pero Carlota le anuncia que ha escogido el peor camino: Elisa ha caído en una profunda depresión que dura ya semanas. Mientras, Marcos, que no acaba de creer el rechazo que fingió Elisa para aplacar a Ernesto, ha contratado a un detective para que lo ayude a descubrir el motivo. Contrastando con la alegría que se respira en la ciudad, Paloma e Ildefonso pasarán solos las navidades. Amparo, encarcelada, ha guardado silencio para no involucrar a Amador y sólo piensa en su hijo y en que pueden condenarla a muerte. Ángel vive una profunda crisis personal y religiosa. Ángel, Sole y Luisa han sido incapaces de hacer nada por Ignacio: pasará su vida en la cárcel.