Marcos planta cara a Teo y decide no volver a humillarse jamás ante nadie. Ernesto organiza una cena para agasajar (en realidad, sobornar) al funcionario municipal cuya firma necesita para culminar su negocio inmobiliario. Paralelamente, Isidro, que lleva la gerencia de la fábrica de Sito, descubre irregularidades en el suministro de materiales para los pisos que promueve Ernesto. Pese a los consejos en contra de Ramiro, Elisa confirma a su marido su abandono del teatro y, decidida a conseguir que su hermana se quede a vivir con ellos, pide a Concha que procure ser más tolerante con Carlota. Sito, necesitado de volver a sentir emociones que le hagan salir de su monótona vida, pide a la Pilules que le vuelva a encargar misiones de enlace con la oposición clandestina. Amador vende varias joyas que robó a Palmira antes de que lo abandonase, para conseguir pasar unas horas con Amparo. La ausencia de Ildefonso se alarga y Paloma teme que no vuelva.