Fabián se siente descubierto, todos le echan en cara lo que hizo con el hijo de Andrea, su hija, su mujer, Elpidia, la propia Paloma. Llega, destrozado, a la fábrica y allí encuentra, ocupando su despacho, a Rafael. Fabián despierta, sobresaltado: todo ha sido una terrible pesadilla. No puede dormir y acaba apareciendo de madrugada por casa de Paloma, quien lo consuela. Loreto está muy preocupada por su marido, y se lo cuenta a Andrea, quien va a ver a su padre a la fábrica. Mientras tanto, Isidro, que sigue sufriendo el acoso de Pura, pide a su difunta mujer una señal de si aprueba o no la relación e inesperadamente se presenta en la pensión Pura, su cuñada. Sor Mercedes comunica a don Fabián que han dado cuenta a la policía de la desaparición del hijo de Andrea.