Rafael recibe las represalias de Fabián: unos matones a sueldo de Gonzalo le propinan una brutal paliza, y le advierten que deje de molestar.Rodrigo consigue quedarse a solas con Consuelo, y se lanza de una vez a declararse formalmente. Pero Consuelo le rechaza, confesándole que está enamorada de Mario. Un amor que ella sabe imposible, pues Mario persigue el corazón de Andrea. Una Consuelo despechada quema sus propias naves acusando a Mario de cortejar a Andrea aprovechándose de su debilidad.En la prisión, llega el día de la fuga, pero surge un problema: el preso que debía distraer a los guardias dentro de la prisión ha sido trasladado. Antonio se ofrece a ocupar su lugar, aunque eso significa renunciar a la libertad¿ Y tal vez ser descubierto, y fusilado inmediatamente.