Sorprendidos e impactados por sus propios actos, Mario y Consuelo se separan en un clima de incomodidad, y procuran evitarse cuando ambos se hacen los encontradizos en el hospital. Rodrigo, presa de los celos, ha sido detenido tras enfrentarse a un policía. Monta un escándalo en la comisaría y, al ir unos agentes a requerir informes a su domicilio, Elpidia se entera de lo sucedido e informa a Loreto. A petición de ésta será precisamente Mario quien consiga ponerlo en libertad. Rodrigo disimula ante Mario: prefiere vengarse con Consuelo. Durante la operación ha habido ciertas complicaciones inesperadas, pero Fabián sale adelante, y el doctor Hásek asegura que todo ha ido bien.