Consuelo, decidida a terminar con Rodrigo, se confía a Mario: le pide consejo para una posible separación. Mario intenta disuadirla: le habla de los múltiples problemas legales con los que ha de enfrentarse una mujer en la España de la época. Y le aconseja que vuelva a dormir con su marido. Pura decide que no volverá a salir a la calle hasta que no tenga el niño. Rodrigo menosprecia a Fabián y no atiende a sus deseos respecto a la fábrica. Eulalia vuelve a vivir a casa de Mario y Andrea. Andrea y Antonio, muy afectado por la muerte de Beatriz, sufren porque se echan en falta: intercambian un beso fugaz en casa de Elpidia. Consuelo confiesa sus problemas a Andrea, y le dice que siente envidia al verla tan feliz. Andrea se derrumba y está a punto de confesarle a Consuelo la tremenda contradicción en la que vive.