Los problemas aumentan a medida que se acerca el fin del mundo. Margarita y Alonso continúan encerrados en el refugio subterráneo. Sátur, que es el úniconico que sabe dónde están, sufre un accidente y no puede ayudar a Águila Roja a encontrar a su familia. El pánico supersticioso sigue causando desmanes, y el Comisario pide ayuda al Rey para controlar al pueblo, pero el monarca se niega a que el Ejército intervenga. Juan, decepcionado porque Margarita no ha ido a la boda, visita a Eugenia, una íntima amiga de la infancia. Entretanto, los campesinos de las tierras de la Marquesa, que han tomado el palacio, se divierten sometiendo a las mujeres a juegos macabros.